El entuerto de los días en esta urbe hace que olvide que hace tanto tiempo tengo todo demasiado ordenado en mi vida.
Al llegar siempre todo esta tan igual la taza de te junto a la tostada sin terminar, mi placar tan egoísta solo guarda el dobles de mi ropa.
Hay finales de jornada en que dar las vueltas de las llave no es la mejor manera de terminar el día.
Para evitar esta sensación de vació abstracto tome una rutina llamarte para que me acompañes a cruzar la puerta y así no sentir la frustración que siento.
Teniéndote de la forma en que quieras aparecer haces que todo sea más fácil.
Andres
11/04/08 (17:18)
1 comentario:
Siempre necesitamos de ese "algo" o "alguien" que le dé un poco de color, desorden o matiz a nuestra vida... sino, no sería vida.
"No nos olvidemos de vivir mientras vivimos"
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