martes, 18 de noviembre de 2008

Presente


No hace falta, que me digas, tus pormenores a la perfección, el porque de tu presente, ni el porque NO de tu pasado.
No hace falta que desnudes ante mis ojos todos tus secretos.
Sé, de algunos de tus temores, seguramente porque son los mismos que me transitan en ocasiones. Temor. A volver a perder. A creer. A dejar el egotismo, el auto cuidado, la maniática rutina de ver que los días parecen prestados.
Por eso, no hace falta que me digas, ni que explique nada.
Me quedo con tu presente, con tus uñas queriendo crecer, el anudamiento de tus cadenitas, tu aroma y el de tu pan casi quemado, tus zapatos, tu calma, tu desorden, tus sueños, tus noches invitando a las mías, tu color de labios y el que me dejas cuando te despedís y el que borras cuidadosamente antes de volver a pintarlo en otro lugar.
No hace falta ni que digas, ni que cambies, ser tu presente y que este en el tuyo es todo lo que quiero saber.

martes, 4 de noviembre de 2008

Ella.


Cuando fue que termine caer, no se.
Caer en las manos de ella.
Ella y su don de la paciencia, ella y sus tiempos que siempre vuelven a comenzar.
Ahora entiendo cuando dicen que todos en ocasiones somos un poco ciegos, sordos, egoístas, con los demás y con nosotros mismos.
Al parecer a veces nos gusta darnos baños diarios en lo que ya no existe, en todo eso que nunca va a tener razón de ser, vivimos queriendo revivir amores que ya murieron, que tomaron otra forma.
Ciegos para ver que nada se pierde que todo se transforma, ella me trasformo, con sus palabras, su ternura , sus desproligidades.
Ella me fue lavando los ojos, me propuso que me dejara querer.
Cada mañana cuando cerramos la puerta de casa al abrasarla, me agrada repetir siempre la misma pregunta.
¿ porque tardaste tanto en llegar?.
Siempre me responde lo mismo: -Yo llegue temprano vos te decidiste dar unas vueltas por ahí y llegaste tarde.
me mata su respuesta.