jueves, 7 de agosto de 2008

es sencillo cuesta cuesta y mucho


Es que no es fácil desprenderme de este amor,
De estas pálidas manos que hoy extrañan el color que solo vos le sabes dar.
Recuerdo aquella tarde en que permanecía parado sosteniendo la pared y en realidad ella me sostenía a mi y vos compartías una tarde rara de verano. Un tanto casi demasiado distante de mi, hablábamos de tanta cosa suelta y de pronto el silencio se apodero de todo ese lugar y lo único que supe y sentí deseos de hacer fue abrasarte por la espalda preguntarte por primera vez porque no llegue antes, porque la vida nos encontró tan tarde, me sincere como pude, te dije sin decir cuanto es lo que te quería.
Recuerdo que esa tarde sentí el frío de no verte más pensé en abandonar esta loca manera que encontramos de amar.
Porque hoy cuando aquella tarde de sinceramiento macero lo suficiente donde se decanto la suficiente verdad estoy preparado para enterarme que amarte me hace fuerte, que abrigarte y sostenerte de estas malditas pero correctas ideas de olvidarte me reencuentran con aquel hombre que alguien dejo tirado hace años y habia olvidado lo que significa ser porfiado con el destino.
Es difícil escapar de lo que soy en esencia por lo tanto inconcientemente cada día voy a desear quererte aunque grite que ya te exilie de mi mente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sé que suena ilógico que lo escriba, pero esa "loca manera que encontramos de amar" suele ser justo lo que necesitamos algunos... y en algunos momentos.