martes, 4 de noviembre de 2008

Ella.


Cuando fue que termine caer, no se.
Caer en las manos de ella.
Ella y su don de la paciencia, ella y sus tiempos que siempre vuelven a comenzar.
Ahora entiendo cuando dicen que todos en ocasiones somos un poco ciegos, sordos, egoístas, con los demás y con nosotros mismos.
Al parecer a veces nos gusta darnos baños diarios en lo que ya no existe, en todo eso que nunca va a tener razón de ser, vivimos queriendo revivir amores que ya murieron, que tomaron otra forma.
Ciegos para ver que nada se pierde que todo se transforma, ella me trasformo, con sus palabras, su ternura , sus desproligidades.
Ella me fue lavando los ojos, me propuso que me dejara querer.
Cada mañana cuando cerramos la puerta de casa al abrasarla, me agrada repetir siempre la misma pregunta.
¿ porque tardaste tanto en llegar?.
Siempre me responde lo mismo: -Yo llegue temprano vos te decidiste dar unas vueltas por ahí y llegaste tarde.
me mata su respuesta.

3 comentarios:

Javiera. dijo...

a mí también me gusta la respuesta. tal vez sea cierto, no?
muy lindo post :)

Saludos!

Azul dijo...

opa! tas como hasta las manos !
Yo te dije que estabas dando vueltas en circulos jaja...
{tengo los ojos para atras y un dolor cronico en la espalda }

necesito el veranito YA jaj
hoy esta hermoso por aquí

besitos
te quiero hombre
azul

Anónimo dijo...

Increíble es también que a veces nos guste repetir las mismas frases, hacer las mismas preguntas, hacer las mismas cosas... y a pesar de que usualmente hagamos lo mismo, siempre nos parecerá una aventura si estamos con la persona correcta. Es como volver a casa y darnos cuenta que todo está allí, que lo que era nuestro, sigue siéndolo, que los sentimientos y la escencia de las cosas importantes no han cambiado... es como todo, a veces mucho, a veces poco, dependiendo del qué, cómo, por qué y con quién.

Un abrazo! =)