domingo, 2 de agosto de 2009

Trabajo.


Trabajo


Observo todo a través del cristal y no logro ver absolutamente nada.
Esta todo aquello, las torres de cemento, ventanitas, puertas, balcones, antenas.
El cielo limpio y azul como un tapiz decorándolo todo.
Un ave. Un puñado de hojas. Calles.
El frío instalado bajo las huellas de algunos transeúntes.
Un globo. Un niño llevándolo consigo. La niñez y su inocencia.
Una pareja. El intento. La esperanza. Los sueños. Las promesas. El amor que los entrelaza.
Observo todo a través del cristal pero me cuesta trabajo ver, apreciar, creer, sentir, esperar, desear y saborear todo lo que me rodea si no estas vos para compartir un instante.
Es fácil ver la ciudad que gira. Florece. Marchita. Y vuelve a la vida.
Lo difícil es hacerlo solo sabiéndote mía y lejana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando saboreamos la perfección en todos los sentidos, se nos hace demasiado difícil estar lejos de ella y conformarnos con vivir a medias.

Abrazos!

PD: Por cierto, el examen que me mata de sólo pensarlo lo tengo que rendir en Buenos Aires :-|

Javiera. dijo...

La lejanía es la que mata. No te dejes vencer.