domingo, 29 de junio de 2008

Sobredosis


Las huellas de mis manos cada día se parecen más a las mías y no a las que le hurtaron a tu cuerpo, mis falanges se obligan a recordar la forma de tu cintura, la punta de mis dedos están inertes, secas, quebradizas al no poder acceder libremente a tu tierna humedad.
Una sobredosis de tu cuerpo, una avalancha que me deje enterrado debajo de tu ser.
Maniatarte a mi muñeca, necesito aspirar la tersura de tu piel, elevarme cuando mis labios te reconozcan, cuando tu cuerpo sea mi autopista, cuando mis deseos te acorralen.
Marcar tu cuerpo en el mió, saborear con lentitud tus besos, aprenderme de memoria las líneas de tus labios, leerte como un ciego.
Tengo ganas de una sobredosis de tus curvas, de tus enfados, de tus vergüenzas, de tus pudores.

Dormir inhalando la belleza de tu cuerpo al amanecer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora mismo yo tengo ganas de una sobredosis de cariño, pero no tengo a nadie especial tan cerca para desahogar eso, así que aprovecho para hacer algo que siempre he querido hacer: volar sin rumbo fijo.
Un abrazo!

Javiera. dijo...

si, bueno... las sobredosis a veces logran llenar todos los vacíos.

y eso es lo que uno siempre espera.

saludos.

Anónimo dijo...

Extraño leerte...

Un abrazo!